jueves, 24 de febrero de 2011

Cada silencio nos proyecta
desde un punto lejano
que abre la perspectiva de la ilusión irreal,
mientras,
lejano el horizonte vuelve noche la voluble
esperanza,
fría,
mortal,
y en fuego adoquinado martillea las cabezas,
que deja la calva al salir de
espigas,
tras los escombros de tus pueblos secos,
y de razas
extinguidas,
lloras frente a tu espejo,
como una retornada esfinge de oro saqueado,
no es jardín tu mediana ,
ni tierra fértil tu labraza,
van fantasmas,
los hilos que te poblaron,
instantes de tormenta,
vuelves sin respuestas
y destruyes lo caído,
dispersando tus aromas
hacia el cielo,
cada día recuerdo,
que no es humana
ni divina,
es un sueño,
o solo un mal pensamiento.


LUIS ALBERTO MORALES GUTIERREZ


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