jueves, 24 de febrero de 2011

Después de tanto andar nuestras piernas comenzaron a sufrir calambres y decidí dar la orden de descansar, el grupo estaba muy fatigado pero ansioso de entrar en acción, aún así habíamos caminado muchos kilómetros y el camino se hacia cada vez mas cerrado por el follaje y las quebradas, no quería dejar la retaguardia desprotegida, así que les ordene a algunos de mis hombres que fueran dejando trampas y yo mismo vigilaba bien ese sector del avance, sin saber que el ataque vendría por el frente y por el flanco derecho, no había encendido mi cigarrillo cuando empezaron a darnos con todo lo que tenían, no era fuego cruzado así que les grite -al suelo todos, José! arroja varias granadas de humo y salgamos por este sendero- si señor- respondió José, solo eramos veinte hombres separados de la columna, y teníamos que llegar al punto de encuentro a las 5 mil, pero si combatíamos no llegaríamos, así que los muchachos arrojaron las granadas de humo y tomamos por el sendero mientras silbaban las balas de los inmortales, ordené reportarse y activar los micrófonos internos junto con los audífonos para salir sigilosamente- Manuel - Roberto- se reportaban mientras yo tomaba posición en una elevación de 3 metros a cubierto y disparaba hacia arriba para no alertar a los inmortales ni dar nuestra probable posición, cuando salió el ultimo de mis hombres por el sendero Gonzalito, tome el lanza-granadas y arroje varias, luego de eso todo era silencio, sabia que los inmortales estaban ahí, eran muy hábiles, y conocían su tierra muy bien, quería aprovechar de darles una buena batalla, pero debía encontrar la columna, mis hombres también, querían darles pelea, lo veía en sus rostros  pero no podía desobedecer mis ordenes, poseíamos equipo nocturno así que teníamos una pequeña ventaja, a pesar que ellos también tenían equipo nocturno, el nuestro era técnicamente mas avanzado y mis hombres lo sabían utilizar muy bien, pero los Inmortals conocían el terreno mejor, cada palmo, cada claro, cada arbusto, aún así estábamos preparados para darles una buena pelea -Señor- me dijo Manolo -Nadie dirá nada, quedemos a esperarlos- -No Manolo obedezca mis ordenes- respondí. La columna había quedado muy dañada y no sabia que oficiales estaban vivos .. .. ..


LUIS ALBERTO MORALES GUTIERREZ

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