jueves, 24 de febrero de 2011

Al verme en esa encrucijada, tuve que tomar una decisión , irme por la diestra o la siniestra,  si me demoraba mas tiempo, me congelaría , por ultimo en zona de bandidos el bueno esta perdido, así que tome por la serpiente y baje, ya estaba absolutamente oscuro, solo se veía el claro del sendero que era a esa altura una huella, pero que si se hacia mas pequeña, no era buen augurio, por cierto, el sendero se estaba cerrando , era obvio, demasiado agotado para nada mas que para fumar un cigarrillo y recostarme por ahí, preferí sacar fuerzas de mi espíritu y volver a subir para retomar el camino águila, el problema no era subir por el sendero , sino lo agotado que estaba, pero siempre existe una lección que aprender, la estrella que empieza a iluminar el cielo nocturno es Marte, y al saber su ubicación y traslación nocturna giré y comencé a abrirme paso por el bosque nativo y su frondoso follaje,  no era fácil, pero empecé bien, caminando y abriendo el follaje con las manos, brazos , codos y en un momento incluso con la cabeza, andaba sin mi puñal y la cantimplora térmica con jugos de esos energéticos se había acabado y me molestaba tanto al mover el cuerpo que la deje en el camino, avanzar, era muy complejo y se volvía cada vez mas empinado sin darme cuenta sentí un dolor en mis manos como un rasguño, al final no podía ver en lo frondoso del follaje, el bosque, pero si podía ver Marte, no era fácil seguirlo, según mis cálculos el otro camino estaba o muy cerca o no estaba, de pronto así como de la nada sentí un enorme bola que se movía y me quede paralizado, jamas he sentido miedo a lo inanimado, pero eso no era algo normal, tampoco eran lugareños o algo parecido, cuando logré ver con la claridad de la noche, vi que era la vaca sagrada de mi señor Buda, pastando como si nada, dentro de la sorpresa pensé, bueno, si esta bestia esta viva y no hecha mondongo esta todo bien, por lo menos, la boca la tenia reseca, los labios estaban casi pegados a ella por lo resecos, y la saliva escasa, había agua por todos lados, si estaba en la cordillera, pero no podía arriesgarme a tomar una deliciosa Tifoidea , me acerque a la vaca y esta se dejo tocar, era una buena chica, le acariciaba el lomo y le hablaba como un idiota, -sácame de esta amiguita- le decía en voz alta, paso un rato y Marte se ubico donde siempre y la hora calculada, por cierto andaba sin reloj y andaba sin reloj por que no uso reloj, no sabia si seguir la dirección de Marte o quedarme con la vaca, decidí quedarme con la vaca, por que a tres metros no se veía nada, de pronto comencé a sentir pasos muy ruidosos en el follaje, demasiado para ser lugareños nuevamente, me quede cerca de la vaca, y logre ver que eran dos vacas mas, pero el baqueano confiado pensaba yo, dejar animales sueltos en plena montaña, o era un personaje muy temible, el dueño, o muy flojo, de cualquier forma, podía ser igual de peligroso, como las vacas estaban pastando se desplazaban hacia cualquier lado, pero me percate que estaban buscando una loma mas suave, me sentía seguro pero estaba mas perdido, y recién estaba comenzando la noche, y el frió no me la perdonaba, estaba terminando el otoño y la montaña se vuelve muy fría, trataba de pensar pero el cansancio no me dejaba pensar,donde estaban los robles pensaba mientras camina junto a mis amigas, hasta que sin darme cuenta estaba parado en un corte, sorprendido, miré hacia mis pies y era un camino, pero para donde caminaba para la diestra o la siniestra ...  



LUIS ALBERTO MORALES GUTIERREZ

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