A mi llegada el Aguila avisó a la tierra que el
Guerrero vino dormido para despertar al Dragón
Y al nacimiento.
La Estrella viajó desde el centro para que el
Caminante tocara su cuerpo y danzara en la montaña
De los Chiquillanes, alumbrado por su volcán ardiente
En aguas.
La Estrella hermosa de elegancia se reflejó portentosa
En el Diguillín y con su belleza sublime y fina lavó
Su aura.
Los Caminantes anunciaron a los espíritus mi llegada
Sin armadura, sin casco y sin espada.
Corriendo con el viento a mis espaldas fui rodeado
Tu Palacio de Gobierno.
El Espejo vio mi ilusión truncada trayendo tu
Lujuria dilatada y comprendida.
La Luna buscó mi espíritu atrapado por Monos ausentes
Y temerarios, dando su Mano tierna, pero tozuda.
Con Sol de Luna y Mano de Mono, el Dragón escribió el
Amnio junto al paraíso, junto al mármol y la selva.
El magma fue exigiendo con el tiempo mi paradero que
La tierra guardó cauta, otorgado al humano y brindando
A la Mano dos encuentros.
Espejos que a mí han llegado sembrando espacios
De cien amores y tres olvidos, con noches poco
Transparentes que a mi arribo, recibieron los mares de
La Noche.
Muchos Humanos fueron de peces y volvieron magos
Con sabios.
Tu pálido comentario condenó la paciencia de testigos
Orientales y ví al Águila cazar su hora.
A
Mi llegada la inteligencia encontró genio.
A
Mi partida se fueron todos detrás de un sueño.
Guerrero vino dormido para despertar al Dragón
Y al nacimiento.
La Estrella viajó desde el centro para que el
Caminante tocara su cuerpo y danzara en la montaña
De los Chiquillanes, alumbrado por su volcán ardiente
En aguas.
La Estrella hermosa de elegancia se reflejó portentosa
En el Diguillín y con su belleza sublime y fina lavó
Su aura.
Los Caminantes anunciaron a los espíritus mi llegada
Sin armadura, sin casco y sin espada.
Corriendo con el viento a mis espaldas fui rodeado
Tu Palacio de Gobierno.
El Espejo vio mi ilusión truncada trayendo tu
Lujuria dilatada y comprendida.
La Luna buscó mi espíritu atrapado por Monos ausentes
Y temerarios, dando su Mano tierna, pero tozuda.
Con Sol de Luna y Mano de Mono, el Dragón escribió el
Amnio junto al paraíso, junto al mármol y la selva.
El magma fue exigiendo con el tiempo mi paradero que
La tierra guardó cauta, otorgado al humano y brindando
A la Mano dos encuentros.
Espejos que a mí han llegado sembrando espacios
De cien amores y tres olvidos, con noches poco
Transparentes que a mi arribo, recibieron los mares de
La Noche.
Muchos Humanos fueron de peces y volvieron magos
Con sabios.
Tu pálido comentario condenó la paciencia de testigos
Orientales y ví al Águila cazar su hora.
A
Mi llegada la inteligencia encontró genio.
A
Mi partida se fueron todos detrás de un sueño.
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