He narrado esta historia muchas veces, pocos creen, pero no importa,
lo que realmente importa, es lo que yo crea, y tal vez, las personas que
fueron testigos.
Hace muchos años recorría sin descanso intelectual el Museo Nacional de Antropología de Ciudad de México D. F. Estudiaba lo que posteriormente sería una de mis grandes pasiones, las culturas prehispánicas en especial la Civilización Maya. Había llegado muy temprano en la mañana a visitar aquel bello museo que muchos americanos en general no conocen o ni siquiera valoran, estudie cada detalle como historiador del arte y arqueólogo, escéptico, cuestionador, científico, pero debo reconocer que la asombrosa riqueza cultural que aquella institución albergaba en su evidente exposición mediática, como, en sus secretos códigos ocultos eran abrumadores. No conocía al Dr. José Argüelles (Valum Votan) , no sabía nada de Lord Pacal Votan, ni de la Nación Arcoíris, menos del Dreamspell, Templos, ni Guardianes, pero la percepción casi chamanica adquirida en mi anterior estadía en el Perú, me permitía abrir sin dificultad ciertas puertas a conocimientos más avanzados en la comprensión de tales civilizaciones y culturas, fue algo mágico descubrir personalmente aquello que mi mente había visualizado desde mi niñez a través de ciertos contactos me que llevaron sin saber hasta aquel lugar (Plano inconsciente).
Recuerdo que al llegar al sitio donde se encontraba el sarcófago del Lord Pacal Votan, saque mi cámara fotográfica y comencé a buscar el mejor ángulo para registrar una réplica asombrosa de una cultura que para mí resultaba fascinante y no menos sorprendente. Sin darme cuenta dos hombres muy especiales, por sus vestimentas y rasgos faciales, me observaban y de alguna forma percibía tal compañía como una garantía de seguridad, además eran extremadamente caucásicos, o mejor dicho nórdicos y hablaban un idioma que ahora descubro como sincrónico, acompañado de gestos agradables con una vibración energética muy positiva.